sábado, 23 de noviembre de 2013

Confieso que he sentido

 
Hace poco escuché el título del último disco de un cantante español, y era algo así como "Confieso que he sentido".  Y no sé si es por eso que dicen de que la música es una de las artes que más nos invoca los recuerdos, pero enseguida supe que ese título merecía ser el protagonista de la primera entrada de mi recién nacido blog.

Suele decirse que las cosas más importantes son aquellas que no decimos, sea la razón que sea, el rechazo, la vergüenza o el miedo a no saber cómo expresarse. Yo, sin embargo, confieso que he sentido y que lo he gritado a los cuatro vientos, e incluso cuando no merecía la pena ni pararte a pensar como explicarlo. Porque es bueno saber que lo has intentado, que has arriesgado, y que tu yo del futuro no podrá reprocharte que no luchaste por ello, pero también es primordial, sobre todo para tu autoestima, reconocer cuando una persona no merece que quieres que te merezca. Pero aún así, confieso que he sentido. He sentido de esa forma que te hace pensar que ya no eres capaz de esperar a que llegue alguien más con la falsa promesa de que se acerca con el fin de no fallarte. He sentido lo que es echar a alguien de menos, que sin duda creo que es una de las sensaciones más bonitas que existen, y he sentido como el mundo dejaba de serlo para ser tú y él.

Confieso que he sentido, y, que siento miedo. Miedo a que la vida pase mientras observamos cómo los demás sienten hasta la locura, al fin y al cabo, si no se ama con locura, no se ama. No es miedo a la soledad, es miedo a enamorarte de alguien que te haga sentir solo o padecer la peor forma de tristeza que existe, esa que se siente pero no se aparenta.

Por último, confieso que siento pena. Pena de que ya no existan historias que te hagan enterrar tus "yo nunca", y te hagan firmar un para siempre en cada beso. Pena por esa manía de creernos culpables de todo lo que no sale cómo esperábamos. Pena de que a veces nos arrepintamos de haber sentido, cuando nuestro único error es habernos equivocado con la persona, porque si algo en algún momento te hizo feliz no puede ser malo.

Y como he sentido hasta que me ha dolido, confieso que sentir es lo que nos mantiene vivos. Aunque en algún momento de tu vida pienses que has estado ciego para no ver o no querer ver algo que todo el mundo veía, has sentido, y eso es lo que realmente importa.

Y por último, confieso que yo he estado ciega la mayor parte de las veces, que me he echado la culpa por cada historia que acabó, y que he tratado de ser quién no era, ignorando todas las fórmulas para evitar sentir que has fracasado en el amor que he intentado reflejar en estas líneas. Pero como dice Risto Mejide, nada es un fracaso. Es la única forma que tiene la vida de saber si realmente estás dispuesto a luchar por algo.
 
Para todos aquellos que confiesan haber sentido, dejo aquí mi escena favorita de la película "The Holiday".